27 de agosto, 2024.
Tomar una decisión implica seleccionar una opción entre varias alternativas para resolver una situación. Aunque enfrentamos en promedio unas 35.000 decisiones al día, alrededor del 99%, son automáticas1, lo que significa que solo el 1% de las decisiones las tomamos de manera consciente y deliberada.
Existen numerosas teorías que descomponen el proceso de toma de decisiones en pasos específicos. Sin embargo, al aplicar la neurociencia a estos estudios, se ha revelado que las emociones juegan un papel crucial en nuestras elecciones.
Por un lado, nuestras decisiones están influidas por sesgos cognitivos, que se desarrollan a partir de nuestra cultura y educación. Por otro lado, las experiencias personales también moldean nuestra manera de actuar. Además, factores emocionales como el estrés o la euforia pueden tener un impacto significativo en el proceso de toma de decisiones.
Entender la psicología humana que actúa en el proceso de toma de decisiones es un área de estudio que está subestimada y representa ventajas exclusivas para aquellos inversores más racionales.
El Premio Nobel Daniel Kahneman (1934 – 2024) describe dos modos de pensamiento que denomina “Sistema 1” y “Sistema 2”. El primero es rápido, automático e intuitivo, operando prácticamente sin esfuerzo consciente. Se activa cuando se requiere una decisión inmediata y se basa principalmente en la experiencia de la persona. En contraste, el sistema 2 es lento, consciente y deliberado y se usa para procesos más complejos de decisión, que requieran razonamiento y reflexión.
The automatic operations of System 1 generate surprisingly complex patterns of ideas, but only the slower System 2 can construct thoughts in an orderly series of steps.2
– Daniel Kahneman in Thinking, Fast and Slow
En el ámbito financiero las decisiones pueden ir desde como invertir los ahorros personales o empresariales hasta la elección de formas de pago de las deudas, haciendo que la toma de decisiones adquiera impacto significativo en el bienestar financiero.
Alrededor de una decisión, se encuentran factores que están dentro y fuera de nuestro control. Como afirma Barry Ritholtz, es importante centrarse en aquellos que sí podemos manejar, considerando nuestros objetivos y recursos disponibles.
Cuatro aspectos concretos en los que podemos centrarnos:
- METAS Y OBJETIVOS FINANCIEROS
Es importante tener claros los objetivos de corto y largo plazo que tenemos, para evaluar si una decisión nos acerca o aleja de los mismos. - PRESUPUESTO Y FLUJO DE EFECTIVO
Es fundamental visualizar esto para la correcta toma de decisiones. Debemos saber el dinero que tenemos disponible y nuestras necesidades, para que los flujos estén alineados. - RIESGO Y RECOMPENSA
Debemos preguntarnos ¿Qué nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir para una determinada recompensa? - INVESTIGAR E INFORMARNOS
Investigar y educarnos sobre las diferentes opciones disponibles es clave. Esto nos permitirá tomar decisiones fundamentadas y evitar errores que podrían terminar siendo muy costosos.
Las decisiones financieras son un componente crítico en la construcción de una base económica sólida y en la consecución de objetivos financieros. Ya sea a nivel personal o empresarial, una toma de decisiones bien fundamentada y estratégica puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Invertir tiempo en la educación financiera, buscar asesoramiento profesional y mantener una perspectiva de largo plazo son pasos fundamentales para asegurar que las decisiones financieras contribuyan positivamente al bienestar y crecimiento económico.
“I insist on a lot of time being spent, almost every day, to just sit and think. (…) I read and think. So I do more reading and thinking, and make less impulse decisions than most people in business.”3
Warren Buffett
Cra. Elisa Chiarino
echiarino@paullier.com
- Según un estudio realizado por la consultora Lightspeed Research a pedido de Huawei en 2018. ↩︎
- Las operaciones automáticas del Sistema 1 generan patrones de ideas sorprendentemente complejos, pero solo el más lento Sistema 2 puede construir pensamientos en una serie ordenada de pasos. “Pensar rapido, pensar despacio” Daniel Kahneman. ↩︎
- “Insisto en dedicar mucho tiempo casi todos los días, solo para sentarme y pensar. (…) Leo y pienso. Así que leo y pienso más, y tomo menos decisiones impulsivas que la mayoría de las personas en los negocios.” ↩︎